Muchos caños son esos, pensarás. Pues pocos son, ya que llego a haber ¡40 caños! pero se cegaron en alguna de las últimas remodelaciones. Agua de manantial (no tratada) de la que bebía Basilisa, antigua propietaria de la casa. Me cuentan que la buena mujer no quería beber el agua del grifo y su marido llenaba todos los días el botijo en esta fuente para que su esposa bebiera.
Está justo enfrente de nuestra casa rural, sólo tienes que cruzar la calle y bajar las escaleras que hay frente a la puerta de entrada a la casa.
|
|
|